El Curso Internacional de Políticas Públicas en Derechos Humanos que inició el 7 de Junio comenzó con un alto nivel de participación de todos los integrantes seleccionados, los foros de debate se han nutrido, no sólo de los marcos teóricos que ofrece el curso, sino también de las experiencias de cada uno de los participantes.
En los diferentes módulos se han debatido sobre los siguientes temas:
· Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo
· Proceso de integración, ciudadanía e identidad regional
· Los derechos humanos como eje vertebrador de la acción del Estado
La riqueza de la mayor parte de las intervenciones viene de las experiencias que integran los espacios de debate. Las mismas han permitido poner en común aspectos centrales del debate de los derechos, sus tensiones y alcances, y de los desafíos que esos debates plantean de cara a la formulación y puesta en marcha de políticas públicas.
Los foros de cada módulo dan dado la oportunidad de reflexionar sobre el papel del derecho. Frente a la pregunta: ¿puede el derecho ser emancipador?, hemos de superar posiciones deterministas y entender que el papel del derecho (y del Estado), más allá de sus límites estructurales, se configura en función de la correlación de fuerzas que hacen vida en la sociedad, pudiendo, por tanto, ser instrumento fundamental en la consolidación de sociedades más justas e igualitarias.
Los debates también ha permitido problematizar el horizonte civilizatorio, destacando la necesidad de una aproximación crítica a la concepción misma de desarrollo y al papel que juega en nuestros marcos de comprensión de la realidad la idea de crecimiento, apuntando a la expansión de la autonomía individual y colectiva, ha resonado de manera significativa por su capacidad de problematizar lo existente y abrir nuevas búsquedas.
En otro momento, el debate ha apuntado también a una crítica al capitalismo y sus consecuencias sobre el efectivo disfrute universal de los derechos, pero también a la ausencia de respuestas globales sobre los caminos para su superación, lo que exige capacidad de diálogo y de búsqueda colectiva de alternativas. En ese proceso, se ha apuntado, necesitamos un pensamiento crítico que nos permita superar la parálisis propia del “no hay alternativa”.
El pasado, el presente y el futuro de nuestra región.
Los textos propuestos y sus aportes a partir de éstos, revelan un cierto consenso en torno al lugar que ocupa la memoria –en sentido amplio– en los procesos de construcción identitaria que sustentan –o deberían sustentar– los procesos de integración regional que buscan trascender la dimensión puramente económica. Si bien evidentemente no resulta sencillo hablar de una “identidad regional”, las intervenciones en el foro sí permiten pensar en ciertas experiencias compartidas en la región.
El presente de la región, en el marco de un escenario internacional marcado por procesos y sucesos preocupantes, también ocupó gran parte del debate. Diagnosticar el estado y las problemáticas que enfrenta la región, y sus procesos de integración regional –especialmente el MERCOSUR– aparece como una tarea compleja pero ineludible para continuar avanzando. los aportes de los participantes en este sentido resultan clave: pensar en la legitimidad del proceso de integración regional, en la necesidad de trascender del “papel” a la práctica y, sobre todo, en la importancia fundamental del desarrollo sostenido de institucionalidad, sin duda representan caminos importantes para continuar reflexionando y actuando.